El dato fue elaborado por la CAME (Departamento de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa) donde se pone en evidencia la altìsima presión impositiva que pagan los argentinos en los alimentos de consumo masivo.
De ese 40%, un 78,08% son impuestos nacionales y un 21,92% provinciales.
En cuanto a los impuestos específicos de la cadena de valor, el documento revela que un 53,58% corresponde al IVA, el 24,50% al Impuesto a las Ganancias y el 21,92% a Ingresos Brutos.
El informe, además reveló que el vivero y el productor primario de yerba solo son responsables del 22,4% del valor.
Entonces, si el precio en góndola de un paquete de yerba de 1kg es de $340,7 unos $133,9 corresponden a impuestos.
En este sentido, el titular del sector de Economías Regionales de CAME, Eduardo Rodríguez, señaló que está claro que los productores de alimentos no son formadores de precios. «La atención no debiera centrarse en nosotros, sino en repensar el esquema impositivo, lo que beneficiará tanto al consumidor como al empresario agroalimentario«, dijo.