«El gobernador Schiaretti sabe que nosotros no tenemos margen, que nos tenemos que acercar porque necesitamos fondos. Y a esto, él lo termina avalando”. La frase corresponde a un alto funcionario del Palacio 6 de Julio y la lanzó hace unas semanas en referencia a la relación que empezó a tejer el intendente Martín Llaryora con el presidente Alberto Fernández, con el correspondiente aval del Panal.

En la Provincia, algunos dirigentes que hablan seguido con el gobernador Juan Schiaretti, sostienen que “no de todas las conversaciones que existen entre el intendente y el presidente” el hombre fuerte del Centro Cívico tiene conocimiento. De todas maneras, aquellos que no quieren agitar -aún más- las olas en el PJ cordobés reconocen que Llaryora tiene un vínculo con Alberto F. que «El Gringo» respalda.

Sin descongelamiento.

A diferencia de lo que ocurrió con el jefe comunal capitalino en el último tiempo, el gobernador tuvo distancia con Nación. Incluso, si bien en alguna parte de este complejo 2020 se habló de un acercamiento, cuando quedan semanas para que se vaya el año, esto aún no ocurrió.

Tanto por Vicentin, como así también por la polémica en torno a la reforma judicial que impulsa la vicepresidenta Cristina Kirchner y el per saltum de la Corte Suprema de Justicia, el Jefe de Estado local decidió mantener el distanciamiento obligatorio sabiendo del riesgo que ese acercamiento le provoca con su votante medio.

“Schiaretti sabe que con estas medidas de raigambre muy K se aleja de su electorado. En el caso Vicentin por el campo y con el tema judicial, con la clase media”, señaló a Punto a Punto un funcionario que forma parte de hace rato de la órbita del Gobierno provincial.

Es más: los schiarettistas paladar negro sostienen que la cancelación del viaje de Fernández la semana pasada a Fadea trajo alivio en El Panal. En primer lugar, porque eran varios los frentes que el Gobierno provincial tenía abiertos la semana pasada -incendios, pandemia y pobreza- como para agregar además una posible manifestación de militantes de Cambiemos en contra de Alberto F. que iba a rozar, indudablemente, al mandatario cordobés.

Pero, además, hay otra cuestión. La posible llegada del titular del Ejecutivo nacional la semana pasada había expuesto los codazos entre aquellos que están en la carrera por suceder a Schiaretti en 2023. De hecho, el viernes un funcionario de segunda línea en la estructura provincial reconoció que hubo discusiones entre los equipos de protocolo del vicegobernador Manuel Calvo y de Llaryora por la recepción de Alberto F.

Similar a la que ocurrió con el arribo de otros funcionarios nacionales, aunque con un detalle no menor: esta vez se trataba del Presidente.

Respaldo PJ de Schiaretti

A pesar del distanciamiento obligatorio por el que decidió Schiaretti, en los próximos días se concretará el respaldo de todos los gobernadores a Fernández para que presida el PJ nacional.

En un claro mensaje de los gobernadores y la CGT a Cristina Kirchner y La Cámpora que se concentra el conurbano bonaerense, la bendición del interior para que Alberto F. encabece el peronismo a nivel nacional también tendrá su correlato en Córdoba.

Porque si bien Schiaretti no participará de manera presencial -o virtual, de acuerdo a la nueva normalidad- del hecho, el cordobés enviará a quien preside el PJ en Córdoba tras la salida de Carlos Caserio: el presidente provisorio de la Unicameral, Oscar González.

Uno de los históricos del peronismo local estará avalando con su presencia el operativo clamor para Fernández.

En tanto, es muy probable que Llaryora haga una jugada similar: no participe él y envíe a alguien de su extrema confianza como es el legislador provincial Juan Manuel Cid, uno de los principales operadores del intendente. Es más, en el PJ nacional dicen que Cid puede volver con una buena noticia para el titular del Palacio 6 de Julio y sería un cargo para Llaryora dentro de la nueva estructura del peronismo nacional.

FUENTE: Punto a Punto