¿Qué conmemora la Iglesia Católica el Viernes Santo?

El luto de la cristiandad

Durante el Viernes Santo, el Cristianismo recuerda el juicio seguido por las autoridades judías y romanas contra Jesús, cuando fue azotado y obligado a llevar su cruz para luego ser crucificado. Según los Evangelios, la muerte de Jesús sucedió un día viernes, por ocurrir un día antes del Sabbat judío, según relato de San Juan.

Diferentes cálculos se han hecho del año de la crucifixión. El cálculo astronómico del año de la crucifixión ha sido debatido a los largo de los años. El año 33 ha sido el más aceptado, luego de que Isaac Newton estimara el año 34, por la diferencia entre el calendario bíblico y el Juliano. En 1983, una publicación de la revista Nature calculó que el día exacto de la crucifixión fue el viernes 3 de Abril del año 33. El cálculo habría sido hecho reconstruyendo el calendario judío del primer siglo Después de Cristo y ubicar la fecha del eclipse lunar que la Biblia, en el libro Hechos de los Apóstoles, se refiere a la “luna de sangre antes de que llegue el día del Señor”.

Celebración eclesiástica

El oficio ceremonial del Viernes Santo es uno de los más particulares. En los primeros tiempos se realizaba una vigilia que comenzaba a la medianoche en la Iglesia Romana y a las tres de la madrugada en la Iglesia Galicana. Este rito se convirtió en los oficios de las horas canónicas, que derivaron en los ritos de duelo del Oficio de las Tinieblas, o Tenebrae, que se practican desde el Miércoles Santo.

Entre los ritos más particulares está la adoración de la Cruz, que inició en la liturgia latina entre el siglo VII y el VIII en Jerusalén. El rito antiguo, de finales del siglo IV era el siguiente:

“Entonces se coloca una silla para el obispo en el Gólgota detrás de la Cruz… se pone delante de él una mesa cubierta con un paño de lino; los diáconos se paran alrededor de la mesa, y se trae una urna de plata dorada en la cual está la madera de la Santa Cruz. Se abre la urna y se saca la madera, y se colocan sobre la mesa tanto la madera de la Cruz como el título. Ahora, cuando ha sido puesta sobre la mesa, el obispo sentado sostiene firmemente en sus manos las extremidades de la madera sagrada, mientras que los diáconos que están alrededor la guardan. Se vigila de esta forma debido a que es la costumbre que el pueblo, tanto fieles como catecúmenos, vengan uno a uno, se doblen frente a la mesa, besen la sagrada madera y continúen.”

La ceremonia actual es derivación de la antigua: consiste en cubrir la cruz y exponerla a la vista gradualmente acompañado de cantos de adoración celebrados de rodillas. Una vez descubierta completamente, la persona que dirige el rito la lleva al altar, se quita los zapatos y se acerca a la cruz haciendo tres genuflexiones y la besa. Este rito incluye el canto de “los improperios”, que son coros de reproche contenidos en las escrituras en contra de los judíos que condenaron a Jesús y el Sanedrín.

La liturgia continúa con la Misa de Presantificados luego de colocar la Cruz de nuevo en el altar, que no es propiamente una misa pues no se realiza la consagración de las ofrendas sagradas. Se realiza una procesión al altar del reposo, donde se almacenaron las hostias consagradas el Jueves Santo, y son devueltas al altar entre cantos. Posteriormente se procede con la ceremonia y se realiza la comunión con las hostias previamente santificadas.

Fuente: prodavinci.com

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