Efeméride: 12 años sin Fontanarrosa

Si bien su carrera se inició en revistas de Rosario, trascendió a nivel nacional por la originalidad de sus dibujos y la rapidez con que los ejecutaba, de ahí que su producción gráfica fuera tan prolífica o abundante.

En la década del 70, había comenzado a dibujar en las revistas Hortensia, Satiricón y en el diario Clarín y desde esos medios trascendió con sus personajes «Boogie, el aceitoso» -que llegó a publicaciones de Colombia y México-, y el gaucho Inodoro Pereyra, siempre unido a su perro Mendieta.

Hincha de Rosario Central y fanático del fútbol, también escribió varias obras con este deporte como temática, como el cuento «19 de diciembre de 1971», en el que relata la victoria de Central sobre Newell’s en la semifinal de un torneo Nacional, «El ocho era Moacyr», o las historias sobre «La hermana Rosa», una mentalista excéntrica protagonista de historias relacionadas a los eventos en los que jugaba la Selección Nacional.

Entre sus libros de cuentos se destacan «El mundo ha vivido equivocado», «No sé si he sido claro», «Nada del otro mundo», «El mayor de mis defectos» y «Uno nunca sabe», entre muchos otros.

Dos años antes de su muerte y en el Congreso de la Lengua que se realizó en Rosario, su defensa de las «malas palabras» -presentes en buena parte de su obra- sorprendió a los presentes en una disertación donde solicitaba «una amnistí­a» para esos vocablos. Allí quedaron marcadas a fuego sus dotes de irreverente y provocador.

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